CAMBIO DE SIGLO EN LA PLAZA DE TOROS DE ALICANTE


Fueron esos primeros años del siglo XX de muy intensa actividad para Alicante, ciudad que crecía y se desarrollaba

 A la muerte de Francisco Raymundo Aracil, 15 de Julio de 1905, sus bienes y empresas, al ser soltero y sin descendencia directa, pasaron a sus primas Asunción y Bienvenida López Seriñá y María del Pilar Trezza-Río Raymundo y a los hijos de esta última.
Conforme pasaba el tiempo el número de herederos iba aumentando y las hermanas López Seriñá cedieron su parte correspondiente a la Plaza al clero de San Nicolás.
Otro de los herederos, Juan Wilman Escoto, vendió su parte de la propiedad de la Plaza a la familia Guixot y Espadas, pasando a gestionar el Coso la firma Viuda de Alfonso Guixot, siendo gerente de la misma Vicente Espadas y administradores los hermanos Luis y Julio Escoto Trezzo-Río.

Fueron esos primeros años del siglo XX de muy intensa actividad para Alicante, ciudad que crecía y se desarrollaba. Se estrenaba el tranvía -aún con tracción animal-, se inauguraba la Lonja de Pescado, el edificio de Correos, se creaban nuevas y espectaculares avenidas y se censaban casi 64.000 habitantes. Y, mientras su Plaza de Toros, incorporada al catálogo de las más importantes de España en cuanto a su construcción y capacidad, seguía acogiendo a los más reputados espadas y las más prestigiosas ganaderías y los aficionados locales, además, vibraban y se emocionaban con la aparición, fugaz y de poca resonancia, de diestros locales tales como Joaquín Belda, Salito, Manuel Guerra "Guerrita", Juanerillo, José Sirvent "Confiterito", Francisco Vidal "Carpinterito" y algunos más que terminaron dejando pronto la aventura taurina o convertidos en subalternos, siendo el que más lejos llegó y más importancia tuvo Julio Martínez "Templaito".

el primer Torero alicantino

Julio Martinez nació en Alicante, en la calle Jerusalén, en el barrio de San Nicolás, el 9 de junio de 1876 y el que su padre fuese propietario de una carnicería, ubicada en el mercado que entonces había en la Explanada, facilitó que se familiarizase con el matadero y su ambiente, lo que propició su afición por los toros.
Una afición creciente que le impulsó a ponerse delante de reses de media casta y, enseguida, le llevó a tomar parte en capeas y becerradas que se celebraban en plazas de la provincia de Alicante así como en pueblos de Albacete, Murcia y Valencia. Este duro aprendizaje le permitió debutar con picadores, lo que tuvo efecto el 22 de agosto de 1895 ya en la Plaza de Alicante, alternando con José Machio "Trigo" en la lidia de reses de Flores.
Su fuerte complexión y apostura, así como un caracter aguerrido, arrogante y desafiante le valió el alias de "Templaito" y con este apodo tomó parte en numerosas novilladas, saliendo ya del ambito regional y triunfando en Plazas como Valencia, Carabanchel, donde obtuvo un tan grande éxito que le repitieron hasta 3 domingos consecutivo, Bilbao, Toledo, Marsella y hasta Sevilla.

Pero su lanzamiento definitivo le llegó con el impactante triunfo qur logró en Alicante en febrero de 1903, matando en solitario una novillada de Carreros y, desde luego, tras un resonante éxito cosechado en la Plaza de Toros de Madrid el 16 de agosto de aquel mismo año. En dicha función alternó con Francisco Vázquez "Gordo", Dario Limiñana y Manuel Gallego "Varelito" en la lidia de reses de Patricio de Corche y de Angosto.

"Templaito" no se dejó influenciar por la tremenda arboladura de sus oponentes y, derrochando valor y coraje, cuajó una importante faena que le valió el reconocimiento de la afición madrileña y del taurinismo de la época, lo que le dió no poco impulso a su carrera´decidiendo en la temporada siguiente doctorarse.
El día de San Pedro y San Pablo de 1904, siendo empresario Alvaro Guixot Martínez, hizo el paseillo en la Alicante para que Antonio Montes, una de las grandes figuras del momento , le convirtiese en matador de toros. Como testigo actuó José Moreno "Lagartijo Chico", lidiandose astados de la ganadería de Vicente Martínez y presidiendo el festejo don José Bernabeu, representante en Alicante de la revista Sol y Sombra, quien, según el cronista que cubrió el festejo "demostró conocer los deberes del que ocupa el sillón presidencial antes de la corrida y en ella". 

Francisco Moya, el cronista, escribió:
"En Alicante existen deseos de ver doctorado de matador a unos de sus hijos y se arregló con dicho motivo el cartel... ¿Como correspondió el público a sus deseos? Pues llenando la Plaza.
...
El 1º era grande y de buen tipo. Salió con muchos pies, le refilonearon y con blandura aguantó 4 puyazos por dos caídas y un caballo.
A los sones de la música, y en medio de un entusiasmo grande, Montes hace entrega de los trebejos al neófito, deseándole mucha suerte y muchas corridas...
"Templaito", de grana y oro, muleteó con la izquierda, ayudándole muy concienzudamente el padrino y viéndose en el novicio mucha tranquilidad. El toro buscó las tablas y en ellas enterró "Templaito" medio estoque, un tanto caido, lo que bastó para prodigarle una gran ovación.
... El que cerró Plaza también resultó blanduchón. Le muleteó con mucha tranquilidad y acabó con él de una buenísima estocadam entrando y saliendo bien.
Brindo la muerte de este toro a los muchachos recogidos por el Ayuntamiento, quienes mostraron con manifestaciones de entusiasmo su contento por deferencia tal, ¡Muy bien, Julio! por ese rasgo que refleja tus sentimientos..."
Sin embargo, las premoniciones de tantos se cumplieron y la carrera de "Templaito" pronto comenzó a declinar.
Ante la falta de contratos decidió renunciar a la alternativa y el 29 de junio de 1906 volvió a torear en Madrid como novillero, lidiando reses de Palha sin lograr nada destacable. 
Ese mismo viajó a plazas americanas, permaneciendo varios años allí.
A su regreso, en 1908, se anuncia en Sevilla, siendo cogido sin mayores consecuencias.
Toreando en la Plaza de Barcelona en 1910 se clavó en un pie el arponcillo de una banderilla, ocasionándole una herida que se infectó y que, debido a una antigua enfermedad que padecía el torero, no terminó de cicatrizar, obligándole a permanecer 3 años en un sanatorio de la ciudad condal abandonando su carrera.
En 1913 regresó a su Alicante natal, donde el 26 de octubre de aquel año se montó un festival para recaudar fondos para su beneficio.
EL 2 de noviembre de 1930, en Elche, falleció a la edad de 54 años.

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